Las relaciones tóxicas se caracterizan por comportamientos destructivos, falta de respeto, abuso emocional, físico o mental, falta de equilibrio y carencia de satisfacción mutua. Una relación tóxica puede generar una carga emocional desgastante, y en muchos casos, puede provocar un impacto considerable en el bienestar físico y mental de las personas involucradas.